Análisis de la película Whiplash

Silencio. Pantalla en negro. Y de pronto, empieza a sonar un redoble de tambor, que poco a poco, va aumentando tanto de velocidad como de intensidad. Durante unos segundos, sólo oímos esto, hasta que se produce el silencio y vemos un pasillo, al fondo del cual hay un joven sentado en una batería. Con la cámara fija, vemos que retoca un poco los platillos, y vuelve a empezar, esta vez acompañado por un travelling que nos acerca de nuevo a la acción. A la música. Por que eso es lo realmente importante en esta historia. ¿No?

Antes de La La Land (2016), Damien Chazelle ya había demostrado al mundo su buena mano a la hora de contar historias (Ya hablamos sobre La La Land en su día,  puedes leer su análisis aquí). Allá por 2014, pegó un golpe encima de la mesa al contarnos la historia de un chico que quiere triunfar en el mundo de la música tocando la batería. Sí, hablamos de Whiplash.

Viéndolo con perspectiva, podemos decir sin temor que esta historia ya la hemos visto. Un chico joven, en una gran ciudad, que a base de esfuerzo y mucho entrenamiento, va superando todos los obstáculos que la vida le pone. Por mencionar algun ejemplo un poco exagerado, podríamos hablar de que tanto Whiplash como Rocky (1976) o Creed (2015) comparten una estructura similar.

Esto, en principio, es algo que va en contra de la película. Sin embargo, no son pocas las obras que nos ofrecen un planteamiento clásico, pero ofrecen algo más al espectador. ¿Acaso El Renacido (2015) no es la clásica historia de venganza que hemos visto mil y una veces en el cine? ¿Acaso La la land no es la típica historia de amor y de alcanzar los sueños?

Igual El renacido no tiene el guión más original, pero consigue meternos en la historia mediante el gran uso de unos paisajes que quitan el hipo, amén de una gran actuación por parte de Leonardo DiCaprio y Tom Hardy. La historia de La La Land tal vez ya la hayamos visto mas de una vez, pero consigue con su banda sonora, sus números musicales y su atmósfera te contagien de su optimismo.

Whiplash es una película mágica. No sabría decir a ciencia cierta lo que tiene, pero tengo que reconocer que hay algo en ella que me encanta, porque en este caso, el todo es un producto muy potente. Por un lado, los momentos musicales están perfectamente orquestados, haciendo que con cada nuevo plano, te introduzcas más en la cada nueva pieza que se interpreta. Y digo que se interpreta porque Chazelle hace algo muy inteligente con esta película, y es el no introducir música extradiegética.

Podemos definir la música extradiegética como «la que suena mientras ocurren los acontecimientos de la película, si bien solo la escuchan los espectadores y no los personajes.» Digo que este es un movimiento muy inteligente ya que gran parte del film se desarrolla entre instrumentos musicales; baterías, bajos, trompetas….¿Qué mejor banda sonora hay para nuestra película que la que tocan nuestros propios personajes?

Y con tanta música, debe haber alguien dirigiéndolo, Y ahí aparece la figura de J.K. Simmons, que interpreta a Fletcher, un profesor que no duda en gritar y pedir a sus alumnos lo mejor de si mismos. De forzarlos al límite para que demuestren todo su potencial. ¿Es eso realmente malo?

Si, de acuerdo, durante un momento de la película no duda en lanzar una silla a la cabeza nuestro protagonista por el mero hecho de no seguir correctamente su tempo. Y seamos sinceros, quizá se pase un poco de estricto, pero sólo quiere que sus alumnos no sea reconocidos por la reputación de su director (que en más de una ocasión se repite que Fletcher es el mejor y más reputado profesor de la ciudad). Aquí ayuda en gran medida la maravillosa actuación de J.K. Simmons, que consigue que a por momentos odiemos y a la vez nos sintamos tan atraídos hacia un personaje de tal magnitud. Sin lugar a dudas, uno de los mejores personajes que Damien Chazelle ha creado a lo largo de su carrera (No en vano, esta actuación le valió el premio Oscar a mejor actor de reparto al bueno de J.K.)

Whiplash es una obra que, sin llegar a ser todo lo conocida que debería, logró que mucha gente cayera rendida a sus encantos. Simplemente hay que hacer una pequeña búsqueda por YouTube para ver la gran cantidad de covers que se han hecho sobre las canciones de la película, especialmente sobre la que da título a la película. Y es que, cuando una película logra ser recordada en el tiempo, consigue su propósito.

Obviamente, me dejo muchas partes de esta obra en el tintero, como todo el sufrimiento para lograr lo que deseas, o incluso esa «historia de amor» que muy poco o nada dice sobre el protagonista (hay otras escenas que nos demuestran de mejor manera la determinación para lograr lo que se propone) pero el todo es tan bueno que terminas pasando por alto estos fallos.

 

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