Análisis completo de la temporada 6 de Juego de Tronos

Winter is Here…

Hoy os traemos la crítica de la sexta temporada de Juego de Tronos. En esta tercera edad de oro de las series de televisión que actualmente estamos viviendo, se suele esgrimir el slogan de que la magia del cine se pasa a la televisión. Y posiblemente no haya una frase más acertada si atendemos a la calidad de las producciones televisivas, a la gran cantidad de rostros conocidos del star system de Hollywood que abandonan la gran pantalla para que su talento se haga un hueco en el mundo catódico, en el trato por la buena fotografía, guiones, bandas sonoras o calidad artística.

Si hay una serie que cumple todos esos requisitos y se impone como la gran abanderada de las series de televisión, es sin duda, Juego de Tronos. El cine hecho serie de televisión. La épica de una película desmenuzada en 10 episodios impecables, de una producción simplemente maravillosa.

Puedes oír nuestro Podcast de series en el que también analizamos la sexta temporada: Podcast Seriemaniac – Juego de Tronos

Y es que la sexta temporada de Juego de Tronos, que acabamos de terminar, pasará a la historia por dejarnos unos momentos inolvidables, de esos que quedarán grabados durante décadas en nuestras retinas seriéfilas.

dragones juego de tronos

Lejos quedan las rudimentarias batallas de las primeras temporadas como la de Aguas Negras, en las que prácticamente se tiraba de primeros planos con ruidos de fondo que trataban de reproducir el fragor de la batalla. En esas escenas, no se veía prácticamente nada, se jugaba con la capacidad del espectador para rellenar con entusiasmo, los huecos narrativos a los que los problemas de producción no podían llegar.

Y para ello no se han necesitado efectos especiales en cantidades ingentes, que también, si no una producción exquisita y una puesta en escena cuidadísima al servicio de la trama. La Batalla de los Bastardos, uno de los momentos más geniales y brillantes de la temporada, de la serie, y posiblemente de la historia de la televisión, es un claro ejemplo de que el talento es el camino más recto hacia el éxito y las cosas bien hechas.

El plano secuencia que persigue a Jon Nieve, roza lo sublime, creando una inmersión plena del espectador en el campo de batalla, parece que estamos ahí, luchando hombro con hombro con el bastardo de los Stark, algo parecido a la primera escena de la película El Renacido (Alejandro González Iñarritu, 2016) o a la espectacular escena de la persecución, por los bajos fondos en un vecindario atestado de narcotraficantes, en la primera temporada de True Detective. Una escena inolvidable con un final Deus Ex Machina que sorprendió por inesperado y colosal.

batalla de los bastardos

Todos pensaban que este episodio nueve sería el mejor de la temporada, algo que suele ser habitual en Juego de Tronos, pero nada más lejos de la realidad, los productores David Benioff y D. B. Weiss nos tenían reservada una sorpresa, en forma de un episodio final brutal, el de mayor duración de toda la historia de la serie, y como no, el que ha batido todos los records de audiencia.

El metraje especial del episodio final “Vientos de Invierno” cuyo título hace referencia al título de la sexta novela de la saga, permite que se pueda narrar la historia de una forma más calmada y sosegada, atendiendo a cada detalle al ritmo de una música que crea una atmósfera perfecta para que los acontecimientos se vayan produciendo poco a poco, una pequeña introducción de diez minutos que sirve para reflexionar y ahondar aún más en el alma de unos personajes, con las que ya empatizamos de por sí, desde hace mucho tiempo. A menudo, el ritmo vertiginoso de las series, y la duración de poco menos de una hora de cada episodio, no permite encontrar esa tranquilidad para narrar las historias como se merecen, con ese estilo tan cinematográfico del que hablábamos al principio.

En una pequeña historia, dentro de otra historia, los productores nos cuentan uno de los pasajes más vibrantes de la saga, en el que muere hasta el apuntador, y que termina con la coronación de uno de los personajes más complejos, querido y odiado a partes iguales, Cersei, y es que nunca antes había molado tanto ser un Lannister, ya que todos los espectadores parecen aprobar desde su sillón ese maquiavélico plan que termina con toda la secta del Gorrión Supremo y la Fé de los Siete, y ya de paso con todos los miembros de la Casa Tyrell. En épocas de crisis moral, parece que el fin siempre justifica los medios.

Y es que la religión juega un papel fundamental en esta sexta temporada, algo que parece estar de rabiosa actualidad en nuestros días. La realidad siempre supera la ficción. En Juego de Tronos observamos como las distintas religiones van engranando la maquinaria para ocupar el tan ansiado Trono de Hierro.

Además hemos asistido al desenlace de Jon Nieve, respondiendo a  la pregunta que todos nos estábamos formulando y cuya respuesta ya se encontraba en los miles de mentideros de Internet desde hacía meses. Incluso se ha aclarado la teoría sobre los orígenes del bastardo, descubriendo al fin que es hijo de Lyanna Stark y Rhaegar Targaryen (uno de los hermanos de la Khalesi que nunca hemos visto en la serie), por lo que Jon tiene sangre Targaryen, y por tanto es un legítimo heredero al Trono de Hierro, y quién sabe si no es la reencarnación del mítico guerrero del que hablan las profecías de Melisandre y cuya llegada vaticina el omnipresente meteorito de fuego que vemos durante los títulos de crédito.

daenerys y tyrion

Puedes leer las teorías completas sobre Jon Nieves en este enlace: ¿Quién es la madre de Jon Nieve?

Quizá Jon Nieve es la reencarnación del mítico guerrero del que hablan las profecías de Melisandre y cuya llegada vaticina el omnipresente meteorito de fuego que vemos durante los títulos de crédito.

Otro de los momentos memorables, que seguro que despertó vítores y aplausos en más de una sala de estar de casa, fue el momentazo Arya Stark, que por fin comienza a tachar a gente de su lista, parece que los Stark, comienzan a ver un poco de luz al final del túnel. Al igual que la reina de Dragones, nuestra Khalesi, que tras seis temporadas, por fin encuentra el camino hacia Poniente.

Sin duda, desde que la serie comenzó a quitarse el corsé de los libros y a realizar una adaptación más personal y acorde al medio televisivo, se ha ido ganando en enteros. Está claro que no es la misma forma de narrar en una novela o en un episodio, y eso la serie lo notaba. Además el hecho de que por primera vez la serie haya superado las tramas de las novelas, hace que no tengamos que esperar años para que el bueno de George RR Martin se decida a publicar un nuevo ejemplar. Eso ha hecho que la serie crezca, y que por fin descubramos tramas que antes sólo estaban reservadas para los lectores de la saga literaria. Nuevos caminos y nuevas formas de contar las cosas, para llegar a un mismo destino.

Según han anunciado Benioff y Weiss, la serie terminará con la séptima temporada que estará dividida en una especie de dos temporadas pequeñas, de solo 7 episodios cada una, algo parecido a lo que se hizo con la temporada final de Breaking Bad, mediando un año de separación entre cada tramo. Además el rodaje de la séptima temporada ya ha comenzado de nuevo en tierras españolas, pero la mala noticia, es que por primera vez, el estreno de la temporada llegará en verano y no en abril como estábamos acostumbrados.

Lo que está claro es que la serie ganará en intensidad y cada episodio será muy valioso para avanzar en las tramas, que ya se asoman hacia el abismo de su épico final. Winter is here…

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