Los anillos de poder y el fracaso de su guion

Todo lo que envuelve a la serie de Amazon Prime Video se encuentra envuelto por la controversia. Especialmente lo que tiene que ver con los guionistas de Los anillos de poder. La serie inspirada —ligeramente en el universo de JRR Tolkien— ha tenido que enfrentarse a varias polémicas que dinamitan a la serie por dentro.

La última noticia es que los showrunners principales de la serie J.D. Payne y Patrick McKay han sido apartados del proyecto de cara a las siguientes temporadas, recordemos que se han firmado 5 entregas.

Aunque el despido no se ha hecho público y, posiblemente, no se haga, algunas fuentes apuntan a que los guionistas quedarán relegados dentro de la sala de guionistas a una aportación testimonial.

La serie de Amazon es la más cara de la historia. Desde luego no han escatimado en medios y diseño de producción con una recreación de escenarios magnífica y unos efectos especiales a la altura de las pretensiones de una serie que tenía el complicado reto de trasladar a televisión el imaginario y los mundos ideados por Tolkien.

Ahora bien, parece que Amazon cometió el error de preocuparse solo por la forma y no por el fondo. Una suerte de subterfugio tramoyista al servicio de lo visual, el cual se olvidaba completamente del guion y de los personajes.

El primer problema que tuvo la serie fue el de la adquisición de los derechos de algunos relatos y apéndices de Tolkien, propiedad de Middle Earth Entreprises. Los derechos adquiridos solo daban la posibilidad de contar una serie de hechos y personajes, pero sin poder narrar cómo se llegaba a esos acontecimientos.

Es decir, se tenían derechos para hablar de la ciudad de Numenor, pero no se podía contar cómo cayó dicha ciudad o los sucesos que allí sucedieron. Solo se podía utilizar aquellas cosas que se nombraban en los apéndices de forma esquemática.

Otro ejemplo: como en ningún momento se mencionaba a la raza de los hobbits, la serie no podía mencionarlos, aunque sí nos ha mostrado una raza de seres peludos, a todas luces hobbits, pero que han rebautizado como pelosos. Por cierto, protagonistas de un arco argumental insulso, que incluso molestaba.

Puedes leer nuestra crítica de la serie en este enlace: Podcast sobre Los anillos de poder.

Para el proyecto se eligió a los mencionados guionistas, dos escritores sin ninguna experiencia en el mundo de las series o del cine, lo que se traduce en un despropósito mayúsculo.

Es cierto que no se podían narrar las historias de Galadriel de las que no se tenían derechos, pero se ha construido un personaje guerrero, antipático y amargado que nada tiene que ver con la personalidad que se le presupone a un elfo o mucho menos a la Galadriel que sí conocemos por los libros. Así con todo.

Al parecer la sala de guionistas fue un auténtico hervidero a presión, en la cual el propio Jeff Bezos intentó meter mano. Muchas presiones para un grupo de guionistas sin experiencia.

La decisión ha sido clara: si no tenemos todos los derechos de la obra de Tolkien y tenemos que rellenar muchos huecos narrativos con nuestra propia cosecha, tendremos que inventarnos muchas cosas, y, puestos a inventar, vamos a inventarnos absolutamente todo, propinándole al canon oficial una patada en toda regla.

El guion resulta disparatado en muchas ocasiones. Un ejemplo: la reina de Numenor queda herida de gravedad y se queda ciega. A uno de sus hombres de confianza que ha descubierto la lesión le pide por favor que no se lo cuente a nadie para no perder autoridad. Bien. Pero en la escena siguiente la reina aparece con una venda en los ojos liderando todas sus tropas, por lo que todos se dan cuenta de que ha perdido la visión. Entonces, para qué leches le pide en la escena de antes que no cuente a nadie su secreto. Lo dicho, un despropósito.

Es cierto que hay algunos episodios que funcionan muy bien y algunos personajes que se han sacado de la manga tienen bastante interés, pero la construcción del guion y de los personajes resulta de todo menos sólido, demostrando una falta de cariño absoluto por el canon, pese a que nos metan algunos guiños con calzador como ciertas expresiones o palabras élficas, algunos broches de las casas más importantes y otros detalles de vestuario o varios huevos de pascua para los más cafeteros.

Los guionistas fueron contratados por ser unos frikis de la saga, por manejarse bien a la hora de hablar algunas lenguas como las élficas, pero poco más, eso no es suficiente. El dinero se ha invertido en lo visual, y se ha dejado de lado lo más importante: la narración y las tramas.

Una lástima, y una oportunidad perdida para trasladar el espíritu de Tolkien a una serie de televisión. Los rumores dicen que los nuevos showrunners darán un giro importante al guion de cara a las próximas temporadas, pero el daño ya está hecho.

Los anillos de poder ha perdido la gran batalla de las plataformas, cayendo estrepitosamente ante otras series como La casa del dragón que sí demuestra el empaque y saber hacer de HBO.

Algunas voces dicen que incluso Bezos se ha planteado volver a grabar íntegramente la primera temporada de nuevo y empezar de cero, rumores que no hacen más que poner de manifiesto el gran descalabro que ha sido la serie Los anillos de poder.

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