Crítica de The Witcher temporada 2
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Toss a coin to your Witcher
Oh, Valley of Plenty
Oh, Valley of Plenty
Nada menos que dos años –y una pandemia por medio- hemos tenido que esperar para poder disfrutar de las nuevas hazañas del Lobo Gris, el gran Geralt de Rivia (interpretado por el súper hombre Henry Cavill). Por suerte, el veredicto tras esta nueva tanda de episodios es claro: la espera ha merecido la pena.
La nueva temporada de The Witcher mantiene y potencia los aspectos positivos de su predecesora, pero también retiene alguno de sus lunares negros. Estamos ante una producción de lujo y de alto presupuesto que, por lo general, luce bastante bien en pantalla. Las diversas localizaciones, las abominables bestias y las variopintas expresiones mágicas llenan los ojos y te trasladan al peligroso e inestable Continente.
Los personajes van creciendo y se les añaden agradecidas capas en pos de un dramatismo y emotividad también crecientes con el paso de los capítulos. Se mantiene el protagonismo del trío central (Geralt, Ciri y Yennefer) pero no se descuidan al buen montón de personajes secundarios, entre lo que destacan a Vesemir, Jaskier, Fringila, Cahir o los elfos Filavandrel y Francesca. Las alianzas y traiciones siguen al orden del día, disponiéndose las piezas sobre un peligroso tablero en el que se esperan movimientos de lo más oscuros.
The Witcher temporada 2
La temporada arranca y concluye de forma espectacular, desarrollándose en el medio una trama que mezcla brujería, monstruos de pesadilla, guerra y miserias humanas e intrincadas intrigas palaciegas que pueden llegar a resultar algo confusas (tal y como pasaba con la anterior temporada). El mundo creado por el polaco Andrzej Sapkowski es vasto y muy rico, complejo en su funcionamiento y relaciones interpersonales, tan atractivo como divertido.
Algunos puristas de la saga literaria (e incluso de los videojuegos) es posible que se rasguen las vestiduras con algunas decisiones que cambian el destino de ciertos personajes. Y es que la serie creada por Lauren Schmidt Hissrich es una buena adaptación del mágico universo de Sapkowski, pero no sigue al pie de la letra la trama de los libros. Un hecho de lo más normal cuando hablamos de adaptaciones literarias, que personalmente no supone problema alguno. Los libros son los libros, la serie es la serie.
El británico Henry Cavill sigue manteniendo sin problema el peso de la serie sobre sus mazados hombros, se le ve cómodo y comprometido con un rol de héroe que, como sabemos, le es bastante familiar. Su estatus de estrella y carisma (también sus gruñidos y caras de palo) elevan un conjunto irregular en algunos tramos pero siempre épico y entretenido que deja con ganas de más.
La gran catalizadora de la trama sigue siendo Ciri (Freya Allan), la princesa de Cintra protegida por Geralt que atesora un poder tan grande que puede cambiar el mundo. Que este cambio sea para bien o para mal dependerá de las decisiones que tome la niña y de los personajes de los que se rodee (o posean). Una balanza siempre en movimiento que pone en jaque la suerte de todo el Continente.
Crucemos los dedos para no tener que esperar otros dos años para la temporada 3, y que podamos disfrutar de las aventuras de Geralt, Ciri y los demás brujos, seres mágicos, villanos despreciables y bestias pardas un poco antes. En estos tiempos que nos ha tocado vivir, entre restricciones, baile de cifras y test de antígenos, es una fortuna contar con evasiones del calibre de The Witcher.
«NoSOTROS NO matamos por miedo, matamos para salvar vidas» – GERALT
