Misa de medianoche: la serie del creador de La maldición de Hill House

Reseña escrita por Fran Muñoz

No es una misa de Navidad

Nos encontramos ante un producto de esos que podemos llamar “especiales”, que recuerda a producciones de la altura de Leftovers (HBO, 2014). Ambas series dirigidas a un público de nicho, dos historias completamente distintas, pero con una forma de narrar y de llevar a la pantalla que para algunos es una gozada visual y narrativa y para otros un tostón. Me posiciono entre los primeros.

Sí, no estamos ante una serie fácil o para todos los públicos, pero tras el paso de los días la recordaremos e incluso nos apetecerá hacerle un revisionado por puro placer.

Mike Flanagan el genio tras La maldición de Hill House

Mike Flanagan, es sin duda, uno de los productores, creadores, escritores, directores (solo le falta vender perritos en los rodajes) más importantes de la última década, cuya forma de trabajar nos sorprendió a todos con la gran historia de terror llamada La Maldición de Hill House (Netflix, 2018), con la cual se dio a conocer a la gran mayoría de espectadores, pero que ya venía de hacer obras como Oculus (2013), Ouija: El Origen del Mal (2013) o la gran secuela del Resplandor: Doctor Sleep (2019).

Me recuerda a otro director el cual empezó con mucha fuerza y revolucionó la manera de contar relatos: esos que permanecen en la retina. El cual debutó con cierta historia de miedo llamada El sexto sentido (1999); sí, me refiero a M. Night Shyamalan, el cual, después de su opera prima continuó haciendo cine, pero decayendo su chispa, quedándose hasta el día de hoy como un director de élite más, del que nadie sabe hacia dónde va o lo que quiere reflejar en sus obras.

Una de sus últimas creaciones es la menos famosa: la serie Servant (Apple TV, 2019), cuyo origen tuvo un planteamiento original y una puesta en escena que prometía mucho, pero con el paso de los capítulos no sabes bien hacia dónde va, lo que nos quiere contar y, en mi opinión, se va desvaneciendo como un azucarillo en un café.

¿Qué ha hecho Flanagan para que nos guste tanto?

Podemos hablar de varios atributos del director, pero, citaremos solo algunos: rescató los planos secuencia —un tanto olvidados últimamente—. En La Maldición de Hill House podemos ver varios de ellos con movimientos de cámara que, sin duda, nos meten en la misma escena sin dejarnos parpadear; en Misa de Medianoche también los usa, pero  con menos frecuencia, eso sí: siempre de manera acertada, acordes al guion que se esté rodando. Por tanto, no lo usa de forma caprichosa o para destacar, sabe dónde, cuándo y cómo meterlos para que sean una fusión perfecta con lo que nos quiere enseñar.

Otra aptitud que lo diferencia de los demás es la manera de contar historias de miedo, con una fuerte influencia del maestro Stephen King, pero con su propia firma.

Ya lo pudimos ver en La maldición de Hill House, en mi opinión, la mejor serie de terror del Siglo XXI. Aunque esa influencia es más notable en Misa de Medianoche.

Una historia, un drama en un pequeño pueblo con unos personajes que tendrán largas conversaciones (lo que nos hará ir conociéndolos poco a poco) que se unirán a la trama.

La historia va avanzando poco a poco, al ritmo que el director ha considerado adecuado, como en Leftovers. Hará a más de uno dejarla por considerarla algo tediosa pero, a otros, como es mi caso, nos hará engancharnos. No todos tenemos los mismos gustos.

Y por fin, el terror. Para que puedan entender la similitud con sus historias anteriores, podemos decir que Hill House es un terror con drama y Misa de medianoche es un drama con terror. En esta última tendremos algún susto, pero quizás sea menos del 10% de lo que vimos en la gran y épica La Maldición de Hill House.

Filosofía y Religión hecha serie

En la filosofía podemos encontrar varias corrientes o pensamientos. En esta serie los hay: algunos de forma explícita y otros implícita; por citar algunos y sin espoilear: tenemos el existencialismo, el significado de la vida, de la muerte, los rasgos de la personalidad, la influencia de la religión en nuestras vidas, la redención, aceptación y el cambio tras un suceso trágico en la vida.

Toda la trama que veamos en la serie desde principio a fin puede tener una lectura subjetiva para el que la vea, pero a buen seguro está relacionada con alguna corriente filosófica.

De hecho, podemos disfrutar de largas conversaciones en la que se trata el sentido de la vida y sobre qué hay después de la muerte. Es, por tanto, una serie, reitero, de personajes, de sus historias y de lo que son en la actualidad a causa de los actos hechos a lo largo de su existencia.

Respecto a la religión, nos encontramos en una pequeña isla con una tradición conservadora y ultracatólica de la América profunda, la cual tiene una gran influencia en los habitantes de ella; de hecho, puede parecer un micro mundo con cierto retraso con respecto al exterior: los personajes se sienten cómodos tal y como están, no desean cambiar pase lo que pase.

Bajo este mundo, nos encontramos al único habitante que es musulmán, el cual nos dejará ver cómo quieren mantener el catolicismo más tradicional en su isla y además luchar para que no haya ningún cambio en su manera de vivir y de entender sus creencias.

¿De qué va Misa de medianoche?

Empieza con el protagonista ebrio que provoca un accidente de coche, el cual provoca una muerte, la cual, le marcará y hará que vuelva a su pueblo natal tras el paso por prisión para seguir castigándose por ese acto, ya que se considera que no ha cumplido suficiente castigo por lo que hizo y considera que volviendo a sus orígenes podrá seguir expiando su pecado que lo llevará encima para siempre.

Allí se encuentra con la misma situación que se dejó cuando salió, pero con los lógicos cambios en las personas de su misma generación, los cuales mantienen los mismos ideales religiosos y morales. Todos ellos movidos por la religión “oficial” de la Isla: católica y apostólica tradicional, propia de la época de los Reyes Católicos.

Con el paso de los días no ocurre nada relevante, hasta que ocurre una novedad, un cambio, cuyo significado hará que todo cambie, no solo con sucesos extraños en el pueblo sino en la forma de pensar de las personas.

Esto conllevará a ir metiéndonos en la historia y a ver lo que va ocurriendo sin dejarnos de sorprender en cada capítulo, así hasta llegar a su final, siendo este redondo, que nos dará respuestas a lo que hemos estado viendo de forma paciente, de hecho, es la recompensa a la paciencia que hemos tenido, ya que el drama se va forjando poco a poco, pero que en cada capítulo, sobre todo en los finales, nos van dando luz a lo que estamos viendo con grandes giros y sorpresas, los cuales, pueden recordarnos a tramas de algún relato del maestro Stephen King.

Personajes de Misa de medianoche

Solamente dejaré unas pinceladas sobre algunas actuaciones a destacar.

Tenemos a dos protagonistas que llevan el eje de la historia: el Padre Paul (Hamish Linklater, 1976) cuyo papel lo borda de tal manera que nos hará creer que es un sacerdote real; en contraposición y con una mentalidad menos devota, tenemos a Riley Flynn (Zach Gilford, 1982), del que veremos en sus ojos el arrepentimiento por la muerte causada durante toda la serie y que considero que hace un papel más que creíble; por medio y como mano derecha del padre Paul, tenemos a la más devota y defensora del catolicismo, Beverly Keane (Samantha Sloyan,1979), cuyas actuaciones van encaminadas a continuar con la tradición cristiana y “correcta” que para ella es el pilar de su vida y del buen comportamiento para el pueblo donde reside, siempre dando ejemplo y consejos a los demás de como actuar para que nadie se descarrile del camino que ella considera el más correcto. Su actuación es espectacular de principio a fin.

Completa el reparto, como siempre en todos los productos de Flanagan, Kate Siegel, su esposa en la vida real, siempre solvente en sus interpretaciones y a la que ya vimos en la mencionada La maldición de Hill House o Hush, la película de culto que le valió la fama.

Serie de autor

Es, sin duda, la creación más personal de Flanagan, su proyecto, al que lleva una década dando forma y que ahora ha podido llevar a cabo, tal y como le ha gustado, y eso se nota. El resultado final podemos decir que es excelente y de hecho ha sido elogiado por el mismo Stephen King.

Esta es la serie que realmente quería desarrollar dentro de su acuerdo millonario con Netflix. La más personal e importante.

Aunque, sinceramente, la historia como tal es sencilla, pero que, si ahondamos, nos paramos y reflexionamos, podemos tener varias lecturas. Con ese paladeo pausado que le otorguemos, nos dejará un recuerdo imborrable en nuestra colección seriéfila, sin pasar de puntillas.

«Dios concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia»

Tráiler de Misa de medianoche

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