Estreno de la nueva serie de HBO El tercer día
El tercer día es otro de esos proyectos experimentales con los que HBO confirma su lema ‘esto no es televisión, es HBO’. Una pequeña frase que reúne conceptos como la calidad, el estilo, el riesgo y la innovación.
Cuando nos enfrentamos a lo diferente, lo atípico, lo no convencional, tenemos que hacer un esfuerzo de transgresión mental. Debemos dejar a un lado nuestros intereses, prejuicios y costumbres.
En la televisión o el cine, en la cultura en general, ocurre igual. Si algo caracteriza el arte es su capacidad para emocionar, pero también para romper patrones preconcebidos. HBO nunca ha rechazado esa forma de trabajar y de ver la televisión.
HBO y la nueva forma de entender las series
En España vivimos, en su día, un sustancial cambio de entender la televisión con Canal Plus, ahora con Movistar+, pero es la cadena por cable norteamericana Home Box Office (HBO) quien sentó las bases de este modelo de negocio. Además, elevó la consideración de las series de TV a un nuevo nivel, en donde lo popular, lo mimético, alienado, telenovelesco y familiar fue sustituido por un producto de culto y de prestigio que conseguía mover legiones y legiones de espectadores buscando nuevos horizontes televisivos con mayor profundidad estética y narrativa en los seriales.
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Este cambio llegó, sobre todo, a finales de los 90. Esta plataforma financiada por la suscripción de pago, sin el soporte necesario de la publicidad y el público generalista que requerían las principales cadenas abiertas norteamericanas como ABC, CBS o NBC (Las big three), HBO pudo desmarcarse de esa presión para ofrecer a su audiencia algo diferencial. Historias que podían contener imágenes gráficas, desnudos, palabras malsonantes o violencia explícita ahora sí podían narrarse, no por insolencia, sino para dar mayor realismo y fortaleza a unas tramas que evitaban los convencionalismos.
En definitiva historias que invitasen a otro público a suscribirse a su canal, descubriendo una forma de expresión televisiva cualitativamente novedosa y rompedora, y añadiendo ademas otro tipo de formatos y estructuras en cuanto a duración y cantidad de episodios o la forma de lanzamiento de estos al público. Productos como Los soprano, The shield, The Wire, Lost, Juego de Tronos, Westworld, Deadwood, Breaking Bad… Y tantos otros no tendrían un lugar tan relevante en el mundo de no ser por la visionaria apuesta de HBO.
Sin embargo, son esas series las que ahora se asientan como referentes y motores de las nuevas creaciones. Y es que todo lo que ahora vemos normal, en su día fue una locura. Esta dualidad ocurre continuamente, por eso debemos tener siempre nuestra mente abierta y dispuesta para vivir en la locura.
Un inquietante y sorprendente lugar en donde Jude Law, bajo el auspicio de Paolo Sorrentino en The Young Pope y The New Pope; y ahora con la batuta del guionista Dennis Kelly en El tercer día, parece encontrarse bastante cómodo.
El tercer día resucitó de entre los muertos
Todo es extraño, inconexo y sinuoso en esta serie cuasi lynchiana con toques de suspense psicológico de Shyamalan y el terror sobrenatural de King. Desde el inicio estás imbuido por su escalofriante atmósfera gracias a su intensificada estética de claroscuros, su fotografía sugestiva e inmersiva, sus angulares y desenfocados planos perturbadores, sus descolocadores cortes de salto, su inquietante música (que por lo que sea me transporta a un oscuro Morricone) o sus cínicos personajes.
No esperes atar cabos de todo lo que va sucediendo. Como ocurría en Twin Peaks o Wayward Pains, por ejemplo, nada tiene sentido hasta que lo tiene. Todas los acontecimientos y detalles de la trama están arbitraria y concienzudamente desordenados para que el espectador navegue en la imaginación del guionista en vez de en nuestros instintos especulativos. Es, a tenedor de este primer episodio, una de esas series en las que es mejor dejarse llevar y no tratar de saciar nuestros instintos especulativos.
De ese modo te sumergirás aún en un inusual thriller que desdibuja la realidad y la ficción, como si de una parábola misteriosa se tratase. Pero no sólo en su estética y guion experimenta esta serie. HBO va más allá con estos 8 capítulos dirigidos por Marc Munden (Utopía) y Philippa Lowthorpe (Three girls), los cuales estarán divididos en tres bloques.
Un primer bloque titulado Summer, conformado por los tres primeros episodios, protagonizados por el mencionado Jude Law (al que hemos visto en la imprescindible The Young Pope) que interpreta a un hombre que acaba en una tradicional y hostil isla de la costa británica (Osea) tras encontrar a una chica que trataba de suicidarse en un bosque próximo.
El resto de la temporada estará completada por un tercer bloque de otros tres episodios titulado Winter y protagonizados por Naomi Harris, interpretando esta a una madre de familia que acaba un tiempo después en la misma isla.
Entre estos dos bloques tendrá lugar un especial de dos episodios teatrales rodados en directo que pretenden cohesionar la obra y crear aún más esa sensación inmersiva en el espectador. Este bloque se titula Autumn, y a buen seguro es la pieza clave que nos hará configurar todas las piezas de este nuevo y arriesgado producto de HBO.
En definitiva, una arriesgada serie con personalidad que recupera la voracidad televisiva de HBO y que nos atrapa por completo con un tejido argumental denso y tenso, en donde el equilibrio narrativo entre el suspense y el terror está perfectamente medido. Si después de leer esto y de ver el tráiler aún no te han entrado ganas de verlo, me volveré a ver de un tirón todas las temporadas de Ana y los siete.
