El cine post covid-19 y el comodín del streaming

Netflix aún no ha puesto todas sus cartas sobre la mesa y llega con un poker para ganar la partida de los Óscar

¿Qué nos ha enseñado el Coronavirus? Varias cosas: que todos llevamos un chef dentro, que también se pueden hacer ‘botelleos’ online, que el papel higiénico, la harina y la levadura son la salvación al apocalipsis y que Fernando Simón come almendras para tener la voz de Joaquín Sabina.

Pero, además de esas incuestionables sabidurías que hemos adquirido durante estos últimos meses de estado de alarma, hemos aprendido que el streaming es la solución para casi todos los problemas relativos al mundo del cine y TV. Un comodín en una baraja de naipes que parecía derrumbarse. Aún así, este año muchas cosas relativas al cine están en el aire.

El Covid-19 ha golpeado con fuerza el negocio del celuloide, modificando su estructura de producción, el calendario de lanzamientos, la forma de distribución e incluso de promoción.

Nada volverá a ser lo mismo durante unos meses, tal vez años, ¿quién sabe?
Pero lo cierto es que ya no podemos vivir sin el influjo del cine en nuestras vidas. El séptimo arte se ha convertido en una forma de vida, un mecanismo social y cultural que llega a todos sitios para de alguna forma contar la vida y obra de la humanidad.

Es por ello que lejos de tener que hacer frente a tantos inconvenientes y adaptarse a las nuevas normalidades, la magia del cine ha ido navegando río arriba buscando todos los troncos a los que agarrarse para salir a flote.

La existencia de las plataformas streaming ha supuesto un vehículo óptimo para muchas producciones de medio bajo coste que en principio iban a ir destinadas a las salas de cine (clausuradas durante meses) y que han visto en Netflix, HBO, Apple TV+ o Amazon Prime, entre otros, un escaparate privilegiado para estrenarse y llegar a un público recluido y confinado, tanto sea en su estreno oficial como llegando a las plataformas mucho antes de lo establecido tras su difusión en las salas de cine.

Encontramos en esa liga títulos como: Bad education, Greyhound, The Hunt, Trolls 2, El hombre invisible, Aves de presa o The Gentlemen entre otros muchos títulos que han ido engrosando el catálogo de los grandes canales streaming.

Si bien es cierto, hay producciones de elevado coste en tanto a rodaje y promoción que no rentabilizan sus apuestas entrando en los servidores streaming.

Sobre todo, los blockbusters, que son los casos más notorios que han retrasado sus estrenos en meses e incluso saltando el año, véase Wonder Woman 1984, la nueva entrega de 007, Fast and Furious, La viuda negra o la esperadísima Tenet de Nolan.

Está última ha sido la abanderada para llevar a cabo el resurgir masivo de las salas de cine. El trabajo promocional y subversivo de la nueva producción del afamado director británico está creando un altísimo revuelo en esta etapa del cine post coronavirus.

La complejidad y misticismo de su argumento, la siempre rentable espectacularidad visual y las ganas de sentarnos juntos en una sala de cine para vibrar con grandes superproducciones ha hecho que este proyecto cope el entorno mediático de la prensa cinematográfica. Y Nolan sabe que lo va a lograr.

El 31 de julio, fecha de su estreno mundial, raro será la sala que no tenga completo su aforo permitido. Nosotros estaremos para constatarlo.

Otro de los factores determinantes en esta extraña situación ha sido el hecho de que los festivales de cine hayan cambiado sus rutinas, y no sólo permitan que las películas producidas y distribuidas en streaming (previo estreno mínimo en salas de cine) participen y opten a las candidaturas anuales, sino que además este año no hace falta que hayan pasado por la gran pantalla previamente. Una decisión obligada, ya que la cartelera de los cines se ha visto reducida exponencialmente con el cierre de las salas y las condiciones precarias en su reapertura.

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Así pues, los Globos de Oro, los Óscar, los Goya y demás certámenes verán cómo su habitual modus operandi cambia notablemente. Y ahí es donde entra el siempre irreverente Netflix. Ya es por todos sabido su interés por colar alguna campanada en los Globos de Oro y los Premios Óscar.

Roma abrió las puertas en 2019 a su galardonado reconocimiento mundial, pero tras el pequeño gran batacazo en la pasada ceremonia 2020 con solo dos premios de entre la cuantiosa lista de nominaciones que obtuvo, desea resarcirse el próximo año en el que las condiciones le son favorables.

Pese a que todavía no estamos viendo grandes trabajos que puedan avalar su honesta y garante candidatura, ya sabemos que tiene preparado un as bajo la mano. Varios ases, para ser más concretos, que juntos formarán el poker con el que la compañía de Reed Hastings pretende llevarse la partida.

Tras el estreno de la sui géneris y personal cinta de Spike Lee, Da 5 Bloods; las campanas empiezan a sonar en torno a los nombres de David Fincher, George Clooney, Ron Howard y Ana de Armas.

El regreso de Fincher al cine tras su éxito en series Netflix con Mindhunter y House of cards, era casi un secreto a voces. MANK será la enigmática película que firme el director de Seven y El club de la lucha; la cual aterrizará este año en Netflix. Un biopic sobre Herman Mankiewicz, guionista de «Ciudadano Kane».

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Compartiendo mano ganadora encontramos a George Clooney enfundado de nuevo en la imprevisible piel de director y actor con la postapocalíptica película Good Morning, Midnight, compartiendo cartel con Felicity Jones. Otro de los que se suman a la partida de Netflix es Ron Howard con Hillbilly Elegy, un drama familiar interpretado por Amy Adams, Glenn Close.

Para cerrar el poker de ases, tendremos que esperar a finales de año para que nuestra querida Ana de armas se ponga la peluca rubia de Marilyn Monroe en el biopic Blonde, dirigido por Andrew Dominik. Un filme que a buen seguro, esperemos, sea el salto al estrellato de la actriz española.

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Con esas cartas todo parece indicar que las posibilidades de Netflix para volver a dar la sorpresa aumentarán seriamente. Solo queda esperar y ver cómo evoluciona el año y el cine mientras desescalamos en esta nueva normalidad.

Eso sí, todo apunta a que los cineastas van a tener que añadir el mundo streaming en sus agendas porque este sistema de negocio, por ahora, ha venido para quedarse.

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