Crítica sin spoilers del primer episodio de la nueva serie de HBO: Stargirl
Aprovecho este nuevo lanzamiento de HBO para hacer una retrospectiva sobre el mundo superhéroes.
¿Cansados ya de tantos superhéroes y heroínas?
Puede que sí, puede que no. Lo cierto es que desde que (con permiso de The Phantom), Superman llegó al mundo en 1938, los superhombres y supermujeres cambiaron nuestro modo de ver los cómics y el cine. Incluso podría decirse que nuestra forma de ver la vida. Sus valores, sus poderes, su capacidad para influir e inspirar se ha instaurado en la cultura popular, en el arte y en la sociedad.
Sí, esto parece escrito por un flipado friki. Tal vez, pero aún veo en mi recuerdo ese póster de Christopher Reeve vestido de Kal-El (o lo que es lo mismo, superman) en el taller de mi abuelo y me da por pensar que el mundo es un lugar por el que merece la pena luchar. Llamadme soñador o directamente idiota, yo lo hago y me va bien.
Sea como fuere, la creación de Jerry Siegel y Joe Shuster en los años 30 supuso toda una revolución que llega hasta nuestros días y que llegará, si las pandemias lo permiten, a esos días futuros que vivirán nuestros hijos, nietos y generaciones posteriores.
Porque, decidme si los superhéroes y villanos que pueblan las historias que leemos o vemos en la pantalla no son otra cosa que el reflejo de lo que somos, de lo que queremos ser y de lo que no podemos llegar a ser nunca. Yo creo que sí, estoy convencido de que todos tenemos un villano y un héroe dentro que actúa cada día y que es capaz de cambiar el mundo desde su propio yo.
Sí, vuelvo a divagar, pero os recuerdo que ‘Superman’ comenzó siendo un villano calvo con poderes telepáticos empeñado en dominar el mundo. Ese personaje apareció por primera vez en 1933, en un cuento incluido en el fanzine Science Fiction llamado ‘El reinado del superhombre’. Ahora bien, Siegel no tardó en darse cuenta de que tenían que reconstruir al personaje y su historia, cogiendo como inspiración a los actores Douglas Fairbanks y Harold Lloyd para encarnar al nuevo héroe y su alter ego Clark Kent. Fue entonces cuando parieron al Héroe Kriptoniano. Puede que ese reminiscente calvo diera como fruto posteriormente al archienemigo Lex Luthor.
Se trataba de descubrir la verdad real de una leyenda, pero a veces la leyenda es todo lo que necesitamos.
Tras casi seis años de búsqueda editorial, y un complicado giro de los acontecimientos, The Superman llegó al universo cómic de la mano de la nueva creación de Wheeler-Nicholson: Action Comics, con esa inolvidable portada en la que un extraño ser vestido de azul, capa roja y una S amarilla en su pecho levantaba un coche verde como si de un bebé se tratase.
Y así, señores, es como empezó esa nueva historia cultural en la que los seres humanos compartimos el mundo con los superhéroes. A partir de aquí, la cadena de acontecimientos se fue entrelazando de forma irremediable e imparable.
Historia de los superhéroes
La Edad de Oro (1938-45) nos introdujo a los grandes personajes y creadores del género. El influjo de Superman condujo al nacimiento de Batman, The Flash, Linterna Verde, Wonder Woman, Capitán Marvel o Capitán América, el Héroe surgido de la IIGM. Esa es la época que colonizaron esos genios del firmamento estelar del cómic como Siegel, Jack Kirby o Joe Simon. Son los Inmortales.
La Edad Atómica u Oscura (1945-56) supuso que la sociedad devastada por las guerras y la miseria retirase a los superhéroes de sus intereses en pos de otras historias que relatasen mejor su presente. El género negro, el western y las historias de monstruos protagonizaron esa década.
Pero llegó La edad de Plata, y con ella (1956-70) el resurgir de la Liga de la justicia de DC COMICS y su homólogo Marvelita. Marvel, a través de sobre todo Kirby y otro inmortal, Stan Lee, creó otro universo paralelo a través de un nutrido grupo de superhéroes e historias que en los última década han inundado los cines de forma masiva y exitosa. Pero todo nació en los años sesenta con el lanzamiento de Los 4 fantásticos, Spiderman, Thor, Hulk, Daredevil o los X-Men.
La Edad de Bronce (1979-85) no trajo más ingredientes al guisado, pero sí una renovación de estilo. De pronto, los protagonistas no solo contaban sus devenires, sino que se involucraban de forma más subversiva en el mundo y la sociedad candente.
Nos adentramos entonces en La Edad Moderna (1986-hoy), en donde la revista británica 2000 AD sirve de caldo de cultivo para una nueva hornada de autores que renovaron el panorama por completo con propuestas como Watchmen, Crisis en tierras infinitas, Spawn, Blade, El caballero oscuro, Man Of Steal, Brightburn o por qué no el Joker de Joaquín Phoenix. Todo parecía de pronto oscuro, siniestro y aterrador. Pero fue realmente el cine el impulsor del género. Siempre con el cómic por bandera y como alimento, la gran pantalla catapultó a los superhéroes al mundo entero.
La vida nos da un propósito, nosotros le damos propósito a la vida (Flash)
Si me lo permite la historia y todos vosotros, yo añadiría una que comienza a partir de hace unos 3 años, allá por 2017, con el auge y repercusión de las plataformas streaming en nuestras vidas. la llamaré La Edad Digital. Con ella, y gracias creo yo al impulso de Los Vengadores y el MCU de Marvel, las series se han convertido en el sustento diario del superhéroe. Los grandes protagonistas han cedido el espacio a los secundarios y a aquellos que no gozaron de tanto brillo en su momento. Ahora son ellos quienes reclaman su sitio.
Es en esta edad en la que encontramos en HBO, NETFLIX, AMAZON, DISNEY+ y demás plataformas un sin fin de títulos anuales que rescatan o regeneran el universo superhéroe, añadiendo además el subgénero antihéroe y otros ingredientes más adaptados a la globalización, libertinaje y descaro propio del esta etapa de nuestra historia.
De modo que, y este era en principio el propósito del artículo, estamos rodeados de superhéroes y heroínas. ¿Cansados?, pues como dije al principio, puede que sí y puede que no, depende de quien mire, porque no deja de ser algo generacional, y soy de la opinión de que ya no podemos ni debemos vivir en un mundo sin ellos. Nuestros hijos y nietos deben conocerlos y eso depende de que sigamos construyendo y reconstruyendo sus historias.
Y creedme que lo van a hacer, porque tanto Marvel como Disney, como Warner o Dc tienen pocas ganas de frenar. Se nos viene encima una oleada de títulos, spin offs y Alianzas que nos obligará a hacer una criba hasta completar nuestro abanico de opciones e intereses.
Yo, con la edad, me he vuelto más quisquilloso, pero eso no quita para que me pique la curiosidad con seriales más efectistas como Arrow (del que surge otro universo particular ‘arrowverso’), Titanes o por ejemplo, el de esta nueva serie que HBO ha estrenado con su primer episodio, la cual pretendía reseñar y que ha provocado que se me desate la mano. Pero allá voy.
Crítica de Stargirl
Esta historia basada en un personaje del universo DC, creada por Geoff Johns, guionista de DC Comics y Presidente de DC Entertainment, nos presenta a una superheroína que se oculta bajo la identidad de la estudiante de instituto Courtney Whitmore. Nada nuevo en el horizonte, ¿no?
Pues no mucho, y aún así el resultado obtenido tras visionar este primer capítulo atisba bastante entretenimiento. De ese que no necesita mayor profundida que su propia energía y vitalidad. De ese que se disfruta a cualquier hora del día y que solo necesita un bol de palomitas y poco sueño.
En cuanto estética visual, diseño de producción y edición quiere acercarse, con algo más de luminosidad e inocencia, a Titanes O Umbrella academy de Netflix, pero en lo referente a narrativa, estructura argumental e interpretaciones sigue dentro del arrowverso de DC. En ese punto intermedio, curiosamente alcanza una conjunción bastante aceptable para todo tipo de público que tenga interés por el mundo súper héroes.
Bastante presupuesto destinado a efectos digitales que en su mayor parte están bastante logrados y una intención esperanzadora teenager que no viene mal para estos tiempos en que todo parece gris y desalentador.
Sin embargo su falta de riesgo en el guión para girar la tuerca y ofrecernos algo novedoso en el género hace que se quede en el escalón de lo rutinario y convencional.
Aunque personalmente me quedo con el lado más subversivo y violento que propone Amazon con The Boys (para mí, hasta ahora la mejor serie del género), o la propia HBO con Watchmen, esta no deja de ser una serie que supera eleva algo el nivel de otras similares como Supergirl, Batwoman, Kripton, Flash, Black lightning o Legends, entre otras.
El sutil matiz retro que utilizan en la ambientación no le queda mal nunca a este tipo de productos. Ya lo hemos visto recientemente en otros títulos como Capitana Marvel, Wonder Woman o por salirme un poco de tiesto, en Esta mierda me supera.
Así pues, seguiremos atentos para ver hacia dónde nos lleva esa nueva heroína llamada Stargirl.
Smallville
Quizá penséis que se me ha olvidado muchas, y así es, pero no, no me olvido de Smallville. Esta serie adolescente que nos narraba las peripecias de Clark Kent en el instituto nos la zampamos muchos de nosotros durante la primera década del siglo XXI. Sin duda supuso una renovación y mejora de lo que se venía viendo en cuanto a ese tipo de productos en la pequeña pantalla.
Descargó la mitología de los personajes creados por Siegel y les dió su propio giro de los acontecimientos. Un guión efectista y comercial que resultaba tan adictivo como entrañable.
No dejaba de ser tennager pero tenía una muy buena producción para lo que pretendía y se venía mostrando en televisión. Además consiguieron alargar su interés gracias a un buen hilo narrativo, un carismático y bien trenzado reparto de personajes. Pero, sobre todo, esperábamos ese momento en que ese chico tan apacible y guapete (Tom Welling) se convirtiese en Superman.
Y es que, CLark, Superman… Contigo empieza y acaba todo (perdonadme la debilidad)
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