¿Es Apple TV+ la mejor plataforma actual?

CEO de HBO ficha por Apple TV+

El Ceo que se comió la manzana

Cuenta la leyenda que en una apacible tarde de comienzos del siglo XVIII Isaac Newton recibió el impacto de una manzana que cayó sobre su cabeza mientras reposaba junto a un árbol. La manzana despertó algo en el científico, lo que le llevó a elaborar su teoría de la gravedad. Una epifanía.

Algo parecido tuvo que sucederle a Richard Plepler en marzo de 2019 cuando el gigante empresarial AT&T adquiría la mayoría de acciones de HBO que hasta ese momento poseía Time Warner. Al parecer, la nueva gerencia apuesta por incrementar la cantidad de producciones de la mejor cadena de televisión del mundo, quizás imitando el actual modelo de Netflix, la cual, lleva unos años dando bandazos en su parrilla —incluyendo las primeras cancelaciones de su historia— apostando claramente por una idea: cantidad mejor que calidad. Días más tarde, Plepler decide abandonar HBO tras 30 años en la cadena y siendo uno de los padres fundadores de la conocida como tercera edad de oro de las series y más de 120 premios Emmy en sus vitrinas. Sí, con él comenzó todo: Los Soprano, The Wire, Carnivale o Deadwood. Y aún hay más: Girls, Juego de tronos o Big Little Lies. Otra epifanía.

Meses después de su renuncia, Richard Plepler es fichado por una nueva plataforma de contenido on demand a la que todos conocemos por sus dispositivos y teléfonos con una manzanita mordisqueada como logo: Apple TV+.

Puedes leer cómo ver Apple TV+ y su precio en esta noticia anterior: ¿Cómo funciona Apple TV+?

La intención de Apple TV+ desde que se lanzó mundialmente el pasado 1 de noviembre de 2009 es clara: repetir el modelo de negocio que ha llevado a HBO a lo más alto, esto es, hacer de la calidad un mantra que los directivos y showrunners se repiten cada día en las salas de guionistas atestadas de cafés aguados e ideas brillantes. La calidad como nicho de mercado en el cual, la cantidad de audiencia no es lo más importante. En HBO —y a ahora en Apple TV+— se apuesta por el proyecto, por la idea creativa que hay detrás, lo demás no importa.

Esto se ha visto refrendado por las primeras decisiones que ha tomado la plataforma desde su lanzamiento: apostar por proyectos interesantísimos y muy personales. Quizás no del agrado de todo el mundo pero, ¿a quién le importa?

Sus primeras ocho series de producción propia tienen varios denominadores comunes como son una producción exquisita, un estilo cinematográfico impecable, altísimos presupuestos y por último, la confianza en que sus productos no se van a ver mediatizados por los ratings de audiencia. Una prueba: las ocho series fueron renovadas para una segunda temporada incluso antes de ser estrenadas.

Apostar por la calidad y no por la cantidad es una decisión arriesgada. Quizás no lo es tanto si detrás está uno de los monstruos empresariales más importantes del mundo. La compañía de la manzana y de Steve Jobs tiene el dinero por castigo.

Sus series se hallan respaldadas por una calidad portentosa, así como por los fichajes a golpe de talonario de grandes figuras del mundo catódico actual: Ronald D. Moore, Steven Knight, M. Night Shyamalan, Jason Momoa, Reese Whisterpoon o Jennifer Aniston. Ahí es nada.

Las series de Apple TV+ son apabullantes: un torrente creativo que ya está recibiendo miradas cargadas de desdén de sus máximos rivales en esto que yo llamo como «La guerra de las plataformas».

For All Mankind

Ronald D. Moore es uno de los creadores de la serie de culto Battlestar Galactica, posiblemente, la mejor serie de ciencia ficción de todos los tiempos. Ahora con For all Mankind (Para toda la humanidad) se atreve con una interesante ucronía sobre la carrera espacial en plena Guerra fría. Eso de ¿qué hubiera pasado si…? Pues que hubiera pasado si hubiesen sido los rusos los que ganaran la carrera espacial por colocar al primer hombre en la luna. Pues imaginaos: una sociedad norteamericana convulsionada, la NASA puesta en tela de juicio —aunque esto es más realidad que ficción en nuestros días— y el presidente Nixon con la sangre en plena ebullición.

El único hito que podría restablecer el equilibrio y calmar la tensión sería el hallazgo de agua en el satélite de la Tierra. Y si ya de paso lo hace una tripulación que incluye a una mujer sería una jugada maestra para devolverles el golpe a los rusos y, además, realizar una serie que toca un tema de rabiosa actualidad en nuestros días: el necesario empoderamiento de la mujer y todo el Girl Power que tanta falta hacía en nuestra sociedad. Una serie de diez, elegante, sin grandes aspavientos pero que mantiene unas tramas muy bien desarrolladas, centradas en el drama de las familias que observan como sus seres queridos se embarcan continuamente en misiones casi suicidas motivadas por esos deseos primitivos de acercarnos a las estrellas.

The Morning Show

La gran apuesta de la nueva plataforma es The Morning Show. Un drama con toques de humor negro sobre el mundo de la televisión. Metatelevisión en estado puro que indaga en las rencillas y tensiones que se viven en el típico programa matinal de Estados Unidos. Para ello se ha contado con una actriz en estado de gracias tras Big Little Lies, Rise Whisterpoon, y con el regreso de Jennifer Aniston, recuperada para la causa tras encarnar a la inolvidable Rachel Green de Friends.

Servant

Night Shyamalan produce y dirige —aunque solo sean dos episodios— un thriller asfixiante, bizarro y magistral llamado Servant. Una delicia visual que experimenta con ese formato que también está funcionando: el de los episodios de veinte minutos, como sucede con la serie Homecoming (del creador de Mr. Robot Sam Esmail) o con la sensacional The end of the f** World.

En Servant, una familia afronta el duelo por la pérdida de su hijo recién nacido con la compra de un bebé de juguete hiperrealista. Incluso se permiten contratar a una criada para que cuide del muñeco. Por supuesto, para tal tarea solo se puede encontrar a una inquietante jovencita que amenazará la calma tensa de la vivienda con su comportamiento misterioso y sus miradas a cámara con mirada perdida.

La serie es casi una obra de teatro, pues transcurre todo el tiempo en la mansión del matrimonio. El clima se va volviendo más enrarecido creándose una atmósfera casi irrespirable en cada episodio. Además, se cuenta con la presencia del actor Rupert Grint (Ron en la saga Harry Potter) haciendo del único personaje que tiene contacto con el mundo exterior, por lo que, su presencia, siempre es un chorro de aire fresco. También tenemos en el reparto a la joven actriz Nell Tiger Free, que en la actualidad es uno de los rostros más cotizados tras su paso por la lynchiana serie Too Old to Die Young de Amazon Prime. Completan el reparto Lauren Ambrose y Toby Kebbel (protagonista de uno de los episodios más queridos en Black Mirror: Toda tu historia).

See

Por último, quiero detenerme en See. La serie protagonizada por Jason Momoa y escrita por Steven Knight. Sí, el creador de nada más y nada menos que Peaky Blinders y Taboo. Una distopía en la que la naturaleza pide paso y —en una especie de justicia poética— consigue que el ser humano frene su avance desmedido con un letal virus que deja a toda la población privada del sentido de la vista.

La historia nos sitúa 300 años después, en un mundo desolado, en el que los escasos reductos humanos malviven en una especie de involución de la sociedad que ahora vive en una edad de piedra: clanes, supersticiones varias y la profecía de que nacerá un ser humano con vista, lo cual lo colocaría de inmediato en la posición de un Dios. Jason Momoa (Khal Drogo en Juego de tronos) encarna a Baba Voss el jefe de uno de los clanes que luchará por la supervivencia de su pueblo y de los continuos ataques de hordas rivales.

See es un alarde de producción, todo grabado en escenarios naturales de Canadá y con un coste por episodio superior a la mismísima Juego de tronos. Quizás ha sido una de las que ha recibido una opinión más polarizada en Internet: o la amas o la odias. Yo, desde luego, la adoro y se ha convertido, para mí, en uno de los estrenos más interesantes de los últimos años. Las batallas cargadas de épica y los combates cuerpo a cuerpo de esa bestia que es Momoa hacen de la serie un auténtico bombazo.

El futuro…

Además del reciente estreno de la comedia Mythic Quest —la que muchos ven ya como la nueva The Big Bang Theory y que posiblemente supondrá una revolución del concepto de sitecom— la plataforma tiene otras series interesantes como Dickinson (una vuelta de tuerca a la biografía de la escritora Emily Dickinson), documentales y programas infantiles.

En las próximas semanas llegará el remake de la serie Cuentos asombrosos, que contará con el mismísimo Steven Spielberg de nuevo al frente del proyecto que ya lanzó con gran éxito en los años ochenta. Pese a que se cae del mismo Bryan Fuller (Criando malvas o American Gods) parece que podríamos estar ante un bombazo equiparable al Stranger Things de Netflix. Y es que si algo tiene la nostalgia es que vende, sobre todo, para esas generaciones —ahora adultas— que crecieron viendo el cine palomitero de Hollywood.

En los mentideros se habla del frío recibimiento que está teniendo la plataforma. No por la calidad de sus series sino por su escasa parrilla. Normal. De momento acaba de empezar y cuenta con pocos títulos pero, ¿no se trataba de eso, de apostar por la calidad y no por la cantidad? Desde luego, Richard Plepler lo tuvo claro cuando hace unos meses —al igual que Isaac Newton— vivió su particular epifanía con una manzana de por medio.

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