Análisis de la película de Netflix Triple frontera

Hoy queremos hacer un cara a cara entre nuestros mejores redactores. Los escritores Víctor Mirete y Alfonso Gutiérrez analizan la película de Netflix «Triple frontera» y la analizan desde su punto de vista particular.

Triple frontera es una de las películas más esperadas de Netflix, y está levantando una gran expectación por su importante reparto.

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Análisis de Víctor Mirete

Unos ex militares que deciden cobrarse su deuda por los servicios patrióticos prestados, y que no han visto remunerados a lo largo de su vida. La sempiterna historia de unos militares acabados a los que su país les da la espalda y que a duras penas pueden seguir subsistiendo el resto de sus días; esta vez reconvertida en un Robin Hood de machotes (con chica guapa de cebo incluida para remate del tópico) para beneficio propio.

De modo que, este grupo de supuestos expertos deben tomar una crucial decisión: llevar a cabo el último y arriesgado trabajo que puede solucionarles la vida o acabar con ella. Pero, ¿existe el honor entre ladrones? ¿el fin justifica los medios? Esa es de soslayo la reflexión que puede sacarse de un film que no justifica los gastos. Aunque más bien me viene a la cabeza un refrán: la avaricia rompe el saco.

Dicho esto, a Triple Frontera le falta algo de gas, una estructura de guión más sólida, algo de realismo interpretativo, un montaje más depurado, y una mejor banda sonora. Le sobra algo de convencionalismo, un poco de austeridad e incongruencias en algunos aspectos y una pizca de camaradería barata.

Si se hubiese equilibrado mejor todo ello, quizás la línea narrativa hubiese hecho honor a la visual, creando en conjunto una trama e idea que partía interesante pero que no termina de despegar en ningún momento.

Es como si todo lo que pasa ya lo hubiésemos visto más y mejor en otros filmes. Lo bueno, o malo, es que si trataba de ser una mezcla entre Apocalypse Now y Narcos, lo que sucede es que se queda demasiado cerca de otros títulos como Los Mercenarios, 12 valientes o, si me apuras, El Equipo A.

Por suerte, tras una primera hora algo descafeinada y arcaica, que por momentos deja una sensación de frialdad y falta de carisma notable, de repente se las ingenian para que la hora restante asuma una especie frenetismo y suspense pausado que invita a un entretenimiento y el disfrute más comercial que trascendental, al más puro estilo del cine de acción de los noventa, pero con un toque más melancólico. O, al menos, esa impresión ha dado en ese intento poco definido de presentar al grupo y a las individualidades con un trasfondo moralista que a veces rechina.

Pese a que director y reparto ofrecían suficientes garantías, lo cierto es que el marketing previo que se le ha venido dando a la película, o lo que a mi me ha parecido percibir, dista un poco de la realidad del producto.

En mi opinión, tanto Mark Boal con el guión como J.C.Chandor con la dirección, no han cuidado en exceso los matices, y caen repetidamente en situaciones incoherentes o contradictorias, lo cual hace flojear una trama que podía haber tenido más empaque. Da la impresión que iban cosiendo chapuceramente la historia sobre la marcha, aunque mirándolo bien va un poco en sintonía con el devenir agónico de la trama.

Así pues, tenemos una cinta que sin ser lustrosa, tienen los suficientes alicientes como para no decepcionar demasiado, si no te la tomas demasiado en serio, aún no habiendo cumplido las expectativas iniciales.

Análisis de Alfonso Gutiérrez

Triple Frontera: el dinero (no) es mi amigo

Cuando uno empieza a ver Triple Frontera la sensación de déjà vu es bastante fuerte. Una suerte de Equipo A se mete en Narcos (hasta está el agente Peña) a robar una burrada de millones de la droga y, ya de paso, librarse de un malo malísimo de esos que hacen de nuestro mundo un lugar un poquito peor.

Lo bueno vienen después, la esperable cagada de la operación viene por un lado que no ves venir, entonces la película de J.C. Chandor muta en otra cosa. Se convierte en un tratado de la codicia humana… Y también de la estupidez, ojo, porque los personajes comienzan a tomar una serie de decisiones a cual más cuestionable que, irremediablemente, les va a llevar por el camino de la amargura.

El Equipo A de Chandor está bien nutrido de nombres conocidos, encabezado por Óscar Isaac (hay que ver el carisma que destila este tío) y Ben «ya no soy Batman» Affleck. El grupo hace gala de camaradería machirula en un primer momento para después, cuando vienen las curvas, comenzar a mostrar esa cara que muchos llevamos oculta detrás de la careta.

Será entonces cuando la amistad se ponga a prueba, al calor de la supervivencia pura y dura, con el machete entre los dientes, cuando a lo único a lo que puedes aferrarte es a tu compañero más cercano.

Triple Frontera no pasará a la historia por su trascendencia ni originalidad, pero es indudable que ofrece dos horas de gran entretenimiento sazonado con buenas escenas de acción, buena factura técnica (atención a los hermosos paisajes amazónicos y andinos), un reparto atractivo y cumplidor y un devenir de acontecimientos por los que merece la pena hacerse unas palomitas y abandonarse al sofá.

Acción de corte noventero, de esa en peligro de extinción, sin más pretensiones que pegar cuatro tiros, ensalzar un par de valores y divertir al personal.

Tráiler subtitulado Triple frontera de Netflix

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