Análisis y crítica de la serie Murder in the First

Una serie fresca como el verano ha venido a calmar las lágrimas po rla recién desaparecida The Killing (AMC). Lo cual es completamente injusto porque la serie Murder in the first no es, ni pretende ser The Killing pero las comparaciones son obligatorias. Al fin y al cabo, The Killing va a marcar un antes y un después en el género policiaco y ha dejado el listón muy alto, increíblemente alto, por mucho que le pese a los responsables de AMC.

Murder in the First supone la vuelta a la televisión de uno de los magos catódicos más importantes del siglo pasado, Steven Bochco. Creador y productor de series míticas como La ley de los Ángeles o sobre todo, Canción triste de Hill Street. Así que volvemos a ver a este viejo lobo, en el medio que más le gusta: el género policíaco 100%.

Murder in the first supone un lavado de cara sin grandes ambiciones a un género que está demasiado manido como para plantearse crear una nueva serie, pero lo hace de forma elegante y sobre todo, entretenida. Está claro que no hay grandes giros argumentales, que no hay muchos juegos que enganchen a la audiencia como el recurso del falso culpable en el que el espectador suele picar una y otra vez pero Murder in the First se ha convertido en una sopresa muy agradable que seguro te hará pasar horas de entretenimiento.

protagonistas de murder in the first

Quizás también sobre la tediosa burocracia que se adentra en las profundas aguas del sistema jurídico estadounidense, buscando resquicios que inculpen al más que probable culpable de los asesinatos. Un recurso que en la nueva era de las series de televisión posiblemente no tenga cabida. En las series actuales poco o nada nos importa el asesinato en sí, o la trama folletinesca que nos relaten. Nosotros, los televidentes nos enganchamos a todas las series para profundizar en unos personajes que nos atrapan, porque nos gustan o nos disgustan. Así de simple.

Y es que la pareja protagonista: Kathleen Robertson (90210 Sensación de vivir) y Taye Diggs no pasará a los anales de la historia televisiva, no estoy hablando por sus actuaciones o su carisma (que también) sino porque aparecen desdibujados cediendo todo el calor de los focos al caso policial en sí ¡Craso error! Si bien, los personajes se salvan ligeramente con unas pinceladas amorosas, de ésas que también dan en pantalla y que suelen ganar la atención facilona de gran parte del público. Pero todo aparece bastante forzado para ser una serie de diez episodios en su primera temporada.

Nadie entiende el personaje de la mujer del detective English si finalmente éste no siente ningún duelo por ella, ni protagoniza ningún sentimiento de dolor, pena o tormento, es decir, para eso se pueden ahorrar al personaje de la difunta mujer. Igual que se puede obviar el personaje de la hija de Hildy o el exmarido. Ellos no influyen en el comportamiento de la detective, por lo tanto son personajes de cartón piedra, tan superfluos como innecesarios. Pero claro, es que en mi ideario seriéfilo sólo tengo hueco para Linden y Holder.

Un personaje recurrente y principal es la omnipresente ciudad de San Francisco, que cobra un protagonismo importante y cuyas imágenes áereas de San Quintín fijan el espectador la impronta de que los comportamientos malvados acabarán encerrados entre los barrotes de la prisión más mediática de la historia, junto con la mítica y casi ya olvidada Fox River (Prison Break). En este caso, la ciudad no es fría enemiga como la Seattle de The Killing pero si sirve para ubicar a los personajes donde les corresponde.

Por último, podemos disfrutar de la interpretación del mediático Tom Felton (el mítico Draco Malfoy de la saga Harry Potter) al que vemos en un papel sorprendente lejos de lo esperado. Es cierto que en Howards era lo más parecido al malo malísimo (amén de Voldemor) pero una cosa es intimidar con varitas mágicas en un colegio de magos y otra bien distinta convertirse en un personaje terrorífico que representa las bajezas de la condición humana.

En definitiva, Murder in the first (Asesinato en primer grado) es una serie perfecta para disfrutar sin tener que esperar grandilocuencias filosóficas y narrativas. Tiene un ritmo que no cesa y que te hace devorar un episodio tras otro sin casi darte cuenta ¿Al fin y al cabo no se trata de eso?

Público: Para los amantes del género policíaco más genuino de los años noventa.

Lo mejor: La historia que nos cuenta

Lo peor: La poca preocupación por el alma de los personajes

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