Review The Walking Dead: Segunda temporada

Una vez que se terminó la segunda temporada de The Walking Dead, y pasadas unas semanas, estoy en la posición necesaria que me da la distancia, para poder analizar en profundidad lo que ha supuesto la segunda temporada a tavés de esta review de la segunda temporada de The Walking Dead.

Una temporada que ha dividido a la audiencia de la serie en detractores y seguidores y ha abierto una brecha difícil de cerrar. Antes que nada, me coloco ya, como seguidor incondicional de esta segunda temporada, creo que ha sido un acierto sublime y ha elevado a la serie a cotas de calidad y profundidad que se echaban de menos en la primera temporada.

Puedes leer el resto de la review de la segunda temporada de The Walking Dead a continuación , tras la imagen…

 

En esta segunda temporada de The Walking Dead, la serie ha dejado de centrarse en la casquería facilona y en el reclamo excesivo que suponían los zombies con cada aparición. Los personajes desdibujados, planos y vacíos han dejado paso a unas nuevas y complejas tramas que los envuelven, los aprietan y asfixian hasta el límite, en una situación que ya es límite de por sí: el mundo se está desmoronando bajo sus pies y sus vidas se vuelven quebradizas y efímeras. Como decía el propio Rick Grimes, tal vez sean ellos mismos los caminantes errantes «Walkers» y no los propios zombies. Y es que eso es la segunda temporada de The Walking Dead, una serie sobre personas que se hallan muertas en vida, encerradas en un mundo apocalíptico que no comprenden.

Esta situación lleva a cada personaje al límite, y por fin podemos ver que siente este grupo de supervivientes, una vez soltado el necesario lastre de personajes de la primera temporada ¿Quién se acuerda ya del nombre de los personajes de la primera temporada? Yo no, desde luego, y más vale que sea así, por lo innecesario de la carga.

La segunda temporada se centra en el oasis que supone la Granga de Hershel, allí los personajes encuentran la tranquilidad necesaria para poner sus vidas en orden y darse cuenta de lo que está sucediendo a su alrededor, el mundo estaba cambiando y giraba a una velocidad demasiado grande para ellos: por ello con la calma y refugio que otorga la granja, surge el odio latente entre algunos de los personajes, el amor, la madurez, etc. Se nos muestran problemas y situaciones típicas en un grupo de supervivientes que viven inmersos en una pesadilla y que empiezan a perder el horizonte de la moralidad.

La segunda temporada de The Walking Dead se convierte en un ejercicio reflexivo sobre la condición del ser humano, sus debilidades y sus fortalezas, en un mundo en el que los viejos valores ya no tienen cabida, al menos esa es la dicotomía que se plantea a través de los personajes de Rick Grimes y Shane junto con la aportación moral del viejo Hershel y el viejo Dale. Posiblemente personas como Dale ya no tienen cabida en este mundo.

La salida de Frank Darabon de The Walking Dead

Tras limpiarnos de los excesos sangrientos de la primera temporada, podemos ver una propuesta mucho más interesante aunque mucho menos visual, tildada de aburrida por muchos que sólo buscaban en la serie el grito fácil y las vísceras de cartón piedra. Nada de eso, la serie es mucho más ambiciosa, culpa de ello la tiene la salida de Frank Darabont, uno de los creadores y directores de la serie, que decidió abandonar la serie en la segunda temporada y por eso hemos disfrutado de una puesta en escena mucho menos «gore». Gracias a la salida de Darabont hemos podido disfrutar de personajes complejos, llenos de matices y de aristas: Rick Grimes, Lori, Dale, Hershel pero sobre todo el acierto de los personajes de Shane Walsh (Jon Bernthal) y Daryl Dixon (Norman Reedus).

Personajes de la Segunda temporada de The Walking Dead

Shane es el indicio más claro de que el mundo está cambiando, gracias a él, el fin siempre justifica los medios, y la moralidad es un caminante errante sin rumbo. Para sobrevivir en la granja de Hershel se deberán tomar decisiones difíciles para que el fuerte sobreviva y el débil caiga, no en vano la raza humana está en juego, y eso es mucho decir ¿Qué hubieses hecho tú durante la huída del Instituto con Otis?

Por otro lado, el genial Daryl, desdibujado durante la primera temporada, toma en ésta segunda el peso que le corresponde y nos encontramos con un personaje de esos que permanecerán por muchos años en la retina de los espectadores. Una especie de Sawyer (Perdidos) atrapado en la isla de Hershel. Y es que la segunda temporada de The Walking Dead tiene mucho de Perdidos, ambas son series que se centran en la vida de unos personajes que sobreviven en un mundo cambiante y extraño, la isla o los zombies, son la anécdota, y mal le iría al espectador si sólamente se detiene en eso, se debe ir más allá, mucho más.

Daryl ya no es el matón individualista de la primera temporada y nos deja unos momentos conmovedores durante la búsqueda de Sophia por el bosque, del mismo modo, Shane ya no es el típico poli ejemplar vestido de uniforme, el Shane que conocimos en la primera temporada cambió y sólo se preocupa de sobrevivir ¿Acaso es eso tan malo?

En cambio Rick Grimes representa un modelo moral que parece tener las horas contadas, uno de los leitmotiv de esta segunda temporada es poner en tela de juicio el resultado de sus decisiones que podrían estar debilitando al grupo, metafóricamente puesto en escena en el brillante y explosivo episodio del granero, uno de los episodios más espectaculares de la historia de la televisión. (episodio 2×07 Pretty much dead already).

Conclusiones y la tercera temporada

En conclusión, como he comentado durante esta review de la segunda temporada de The Walking Dead, he encontrado a esta temporada excepcional y brillante, una de las mejores temporadas que he visto a la altura de otras grandes temporadas de series como la primera temporad de Heroes, Prison Break o cualquiera de Perdidos, si bien hay algunas luces, sobre todo en los episodios finales, donde muchas cosas se resuelven de manera precipitada y sin sentido aparente, sobre todo la pelea entre Rick y Lori por el tema de Shane, y por el hecho de que Rick quede finalmente señalado por todo el mundo como el culpable de su nueva situación. Algo comprensible por otro lado, y que pone de manifiesto un tema más profundo: la democracia y los buenos principios, parecen estar condenados en este mundo apocalíptico, en el mundo de Walking Dead es el momento de la dictadura y de la fuerza.

Puedes leer más al respecto en estas entradas antiguas:

 

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