Análisis cuarta temporada Breaking Bad

Hace ya tiempo que terminó la cuarta temporada de Breaking Bad pero hasta hoy no he encontrado el momento para analizarla.

Breaking Bad es de las pocas series de la actualidad que mantiene el nivel de calidad temporada tras temporada y eso es mucho decir, parece como si toda la historia estuviera ya pensada y más que ideada, por lo que simplemente nos están presentando una historia perfectamente definida y estructurada, dividida en episodios y temporadas. Cuando la historia llegue a su final, se acabarán los episodios, nada más y nada menos… Y esto que parece una obviedad, no lo es tanto, pues hay millones de series, prácticamente todas, que no saben terminar sus proyectos, simplemente graban y graban sin tener un objetivo, una meta, se mantienen en antena mientras la audiencia responda y acaban diluyéndose y bajando su calidad casi sin darnos cuenta, los sentimientos de pertenencia a un serie pueden ser muy fuertes y eso las productoras lo saben, yo sin ir más lejos, me tragué todas las temporadas de Heroes (Tim Kring) casi sin darme cuenta y tuve que ver como una de las series destinada a ser de las mejores de la historia, sucumbió poco a poco.

Breaking Bad es diferente: su puesta en escena, su fotografía, su cuidada banda sonora, la elaboración cuidada de sus personajes… todo esto nos hace sentir que estamos ante un producto especial. Y el espectador ya lo puede comprobar desde que visualiza el episodio piloto, el cual bien se hubiera podido estrenar directamente en los cines y arrasar en cualquier certamen cinematográfico.

Cada temporada de Breaking Bad es diferente y tiene un temática propia, aunque el leitmotiv es el mismo: un personaje al bode del abismo busca aferrarse a la vida por el camino más largo y complicado, aunque para ello tenga que arrasar con la vida de quien se ponga por delante.

Durante la cuarta temporada  de Breaking Bad podemos ir comprobando como Mr. White sigue escalando posiciones en su carrera por conseguir el control y el monopolio de la venta de metanfetamina. Al principio de la serie, empieza vendiendo droga en pequeñas cantidades, luego se monta un negocio y tiene que acabar con pequeños distribuidores de poca monta y ahora, en la cuarta temporada de Breaking Bad, por fin ha encontrado a su némesis: Gustavo Fring (interpretado maravillosamente por el sobrio Giancarlo Espósito) un hombre tranquilo, sosegado que parece hacer las cosas como Walter White: con inteligencia, dedicación y seriedad.

Además durante esta cuarta temporada de Breaking Bad comprobaremos el particular descenso a los infiernos de Jesse Pinkman (Aaron Paul) el cual tiene que lidiar con la sombra interior que crece en él tras el espectacular desenlace de la tercera temporada. Jesse se deja llevar corriente abajo y está a punto de destrozar su vida pero por fin, consigue tomar el control de ésta, o eso piensa él.

Evolución de los personajes de Breaking Bad

Lo genial de la serie es la transformación que sufren los personajes, algo así como la quijotización de Sancho Panza el cual, ante la recuperación de cordura de Don Quijote empieza a desvariar y a creer las locuras de su amo. En Breaking Bad ocurre lo mismo, Jesse Pinkman el otrora yonki y perdedor del cual se presuponen cualidades horribles, comienza a actuar con cabeza, con seriedad y cada vez está menos contento con el papel que le está tocando jugar, una cosa era distribuir drogas en el barrio y otra muy distinta enfrentarse a cárteles de la droga y verse envuelto en un mundo, el de la droga, que lo destroza todo (amigos, niños, novias, familiares, etc).

Por otro lado Walter White, se escuda en su enfermedad y en el bienestar de su familia para cometer todo tipo de fechorías y atrocidades, si algo queda del educado y bonachón profesor de química está enterrado muy profundo en su interior. Eso parece que quisieron transmitir los creadores de la serie con la designación del gran actor Bryan Cranston, las extravagancias y la bis cómica como padre de Malcom (Malcom in the Middle) parecen ecos de una serie de televisión de otra época, el padre de familiar torpe y cómico se transforma en un tipo peligroso y capaz de cualquier cosa, por terrible que sea y eso es un mérito que nunca le será totalmente reconocido a Bryan Cranston.

No sé como los grandes traficantes de droga se introducen en este mundo, pero lo que nos muestra Breaking Bad y la transformación de Walter White debe ser algo muy parecido. Los hombres no se vuelven malvados y codiciosos de la noche a la mañana, si no que siguen un proceso, provocado por una serie de circunstancias y acontecimientos, eso es lo que le ha ocurre a Mr White, eso es lo que nos muestra Breaking Bad.

Los personajes de la serie que se implican con la droga, se autoconvencen de las miserias que ésta conlleva y se dejan llevar, saliendo mal parados, el mundo de Mr White y de Jesse empieza a desmoronarse bajo sus pies y ellos ni se dan cuenta. Además unos personajes secundarios geniales hacen que la serie sea toda una obra de arte. A destacar en la cuarta temporada de Breaking Bad la evolución del tío Hank (sin personalidad cuando le quitan su movilidad) o la evolución del abogado Saul Goodman (Bob Odenkirk), un personaje que me encanta y que pese a ser un contrapunto cómico, cada vez tiene más peso en los disparatados planes de Mr. White y Pinkman.

Los minutos finales de la cuarta temporada de Breaking Bad (4×13 Face off) son toda una declaración de intenciones, una obra de arte, como siempre deja unas escenas impactantes que quedarán en la retina de los telespectodores por mucho tiempo y como siempre nos deja con ganas de más, mucho más, si bien es cierto que en esta ocasión la trama queda bastante cerrada.

Si todavía no has visto Breaking Bad o si todavía no has visto la cuarta temporada, no esperes más, ésta es tu serie, Breaking Bad es la serie…

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11 COMENTARIOS

  1. por cierto de la tower, me encantaría conocerte….creo que tenemos los mismod gustos respecto a series, Yo soy celtiña…y tú??

  2. A mi tb me gustaria conocerte Ana, pero me parece que vivo un poco lejos… Te suena Reading?? Asi que eres Celtinha, que curioso…justo como unos amigos que tienen pensado en venirse unos dias este verano… 😉

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