Analizamos la temporada es 7 de Dexter

Con el paso del tiempo, y el poso ya maduro del esperadísimo final de la séptima temporada de Dexter analizamos lo que ha supuesto esta temporada, con el impulso de los rumores que ahora parecen proliferar sobre que esta temporada no será la penúltima de la serie, y que los creadores y productores están volviendo a pensarse, y mucho, si tras las buenas cifras de audiencia de Dexter, sería fiel a su «código» matar a la gallina de los huevos de oro.

Ante estos rumores de que la octava temporada de Dexter no sea la última, no me cabe más que pedir un final digno para la serie, desde el entusiasmo de un ferviente maníaco creo que la serie no da para mucho más y se está estirando en exceso, olvidando los pilares básicos que elevaron a Dexter como la mejor serie del momento (al menos en sus cuato primeras temporadas). Dexter ya no esa «rara avis» con la que inquietantemente muchos espectadores nos sentimos identificados en algún momento, poco o nada queda ya de ese oscuro pasajero que envolvía a la serie en un halo de misterio y profundidad. Profundidad que se ha perdido del todo, en el protagonismos de sus actores secundarios: desdibujados y atrapados en una historia principal que lo fagocita todo.

De nada han servido las historias de Quinn con la prostituta, de Angel Batista con su crisis de indetidad o la historia del fanático de Dexter que le había robado una parte de su pasado (el brazo mutilado de una de las víctimas de Rudy) y que queda en absolutamente nada.

Aunque sí han sumado, la enésima aventura de Dexter con la envenenadora Hannah McKay (y ya van muchas para un personaje que no tiene sentimientos) y el malvado de esta temporada, Isaac Sirko (Ray Stevenson), que aunque secundario en la trama principal es un personaje genial y complejo (un ganster gay en un mundo machista y criminal). Tampoco tuvo ningún sentido la aparición extravagante del padre de Hannah de golpe y porrazo, una clara excusa dramática para justificar algunos actos de Dexter.

Pero el personaje de Dexter es tan fuerte que él sólo puede soportar el peso de una serie que cada vez le exige más, la serie tiene que atreverse a avanzar en la historia y parece que por fin lo hemos visto en la séptima temporada, aunque sea sólamente en los dos episodios finales. Dexter ha tenido que olvidar el código por completo y empezar a temer por su vida y por la sombra real d la prisión. Esa amenaza latente en toda la serie, tratada de soslayo en la segunda temporada con el incidente del carnicero de la bahía, debe ser uno de los principales, sino el mayor, leitmotiv de la serie.

Además se ha vuelto a tirar de flashback, para sumergir al espectador en los sentimientos que afloran en la serie, por si a alguien se le había olvidado quien era Doakes y lo que significó su relación con Dexter. Un recurso argumental que ya siempre nos recordará a Perdidos, pero que de momento sigue funcionando de maravilla para dar más profundidad narrativa a las series.

Lo más destacable de la crítica de la temporada 7 de Dexter es el impactante final y ya van unos cuantos, en el que ocurre lo más inesperado, lo más impactante y lo que convierte a Dexter en un personaje más real, más profundo, más dramático. Por fin!!

Con esta crítica de la temporada 7 de Dexter, por fin hemos visto, todo el mundo de Dexter patas arriba (y mira que ha estado cerca muchas veces) arrastrando a sus seres queridos a la más absoluta miseria. No nos olvidemos, en televisión y en el cine se cumple la máxima de «Crimen y castigo» casi a rajatabla. Dexter deberá pagar por sus crímenes, de alguna u otra forma, en el cielo o en el infierno, pero poco a poco, comienza a estar enterrado en vida.

¿Cuál es tu crítica de la temporada 7 de Dexter? ¿Te ha gustado? ¿Envía tu respuesta?

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